¿Estamos subestimando las soft skills? Nosotros creemos que sí.
La importancia de incorporar las habilidades blandas o soft skills en los procesos de selección de personal es innegable, ya que son fundamentales para el éxito a largo plazo de los empleados y la organización. Aunque las habilidades técnicas siguen siendo relevantes, ya no son suficiente por si solas. En cambio, las soft skills —como la comunicación, el trabajo en equipo y la resiliencia— son las que permiten a los empleados adaptarse, aprender continuamente y contribuir a la cultura organizacional. Además son un activo para las empresas que buscan destacar.
A continuación te mostramos cinco razones fundamentales para priorizarlas durante el proceso de contratación:
Claves para el rendimiento
Las habilidades blandas son responsables del 90% del éxito laboral, mientras que las habilidades técnicas representan el 10% solamente. Evaluarlas permite identificar candidatos capaces de prosperar tanto en su rol actual como a largo plazo.
Potencial de aprendizaje continuo
Las soft skills proporcionan una visión del potencial de crecimiento de los candidatos, ayudando a identificar personas que puedan adaptarse y desarrollarse en distintos roles dentro de la empresa. La capacidad de aprendizaje continuo es vital en un contexto profesional en constante evolución.
Inteligencia social
Equipos con habilidades interpersonales son más innovadores y productivos. Un ejemplo clave es el “Proyecto Aristóteles” de Google, que destacó la importancia de la seguridad psicológica para la efectividad de los equipos. Los equipos donde los miembros se sienten seguros para tomar riesgos y compartir ideas sin miedo al juicio o a repercusiones negativas son más innovadores y productivos.
Métodos de selección más allá del currículum
Los procesos tradicionales no siempre capturan las soft skills. Integrar pruebas psicométricas y situacionales puede ofrecer información crucial sobre cómo un candidato maneja problemas y estrés en un entorno profesional.
Movilidad interna
Los empleados con soft skills fuertes suelen integrarse mejor en la cultura empresarial y son más aptos para asumir distintos roles, facilitando su retención y movilidad interna.
En resumen, priorizar las habilidades blandas en la selección de personal no solo mejora la calidad de las contrataciones, sino que también fortalece la cultura organizacional, creando una fuerza laboral resiliente, adaptable y preparada para los desafíos futuros. Es hora de repensar nuestro enfoque y reconocer que en el mundo empresarial moderno, las habilidades blandas son, de hecho, las nuevas habilidades duras o competencias de poder.
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